sábado, 9 de noviembre de 2013

Repartir y compartir

Ante la imposibilidad de generar empleo para todos, hay que crear una renta mínima de inserción y repartir el trabajo.

Llevamos seis años inmersos en una crisis que nos demuestran que el viejo sistema capitalista no puede hacer frente a los graves problemas generados por esta. Su ideario de crecimiento a toda costa no tiene salida ya que provoca graves desequilibrios económicos y medioambientales. El resultado de sus políticas de austeridad ha sido más pobreza, más paro, recortes de derechos básicos a la ciudadanía y destrucción del Estado de bienestar.

Estas decisiones políticas no son fruto del azar o de la imposibilidad de hacer otra cosa. La organización de los elementos básicos de la crisis, su estallido y las políticas de austeridad consiguientes son ideadas desde círculos no democráticos para poner fin a una etapa de prosperidad comunitaria. Ya lo anticipó Warren Buffet en 2006 cuando afirmó que “hay lucha de clases, de acuerdo, pero es mi clase, la de los ricos, la que está haciendo la guerra, y estamos ganando”. Y tiene razón. Veamos algunos ejemplos:

1.El modelo capitalista actual ha acentuado las diferencias entre ricos y pobres, han aumentado las desigualdades y España ya está en la cabeza de este nefasto ranking: el 20% de la población con más renta ingresó, el 2011, 6,8 veces más que el 20% más pobre.

2.No se crea ocupación, sino que se destruye, llegando a un 27% de paro, que en el caso de los jóvenes alcanza el 60%. Además, la combinación de paro y de envejecimiento demográfico ponen en peligro la sostenibilidad del sistema de pensiones.

Ante la actuación irresponsable de la banca privada hace falta crear una banca pública que permita a los Gobiernos recuperar la iniciativa
3.El volumen de deuda privada y pública no para de crecer y como la deuda creciente genera intereses crecientes, solo se puede pagar en una economía en constante expansión, lo cual es imposible en un planeta finito. No se podrá devolver.

4.El desequilibrio ecológico del planeta ha llegado a un punto de no retorno. Todos los parámetros ambientales y de recursos naturales están en su punto más bajo. La solución capitalista de crecer exponencialmente nos lleva a la autodestrucción.

5.La tensión capitalista entre el sistema productivo, generador de bienes y servicios, y el financiero-especulativo ha desaparecido. El que dirige el sistema es el casino-especulativo, regido por los mercados liberados que se han zafado de las regulaciones nacionales e internacionales y han depositado sus ganancias en los paraísos fiscales. Hemos pasado de la competencia entre mercados en un mundo globalizado al dominio de los oligopolios, de los planificadores fiscales que buscan el máximo beneficio, imponiendo el deterioro de las condiciones laborales y la destrucción de la sostenibilidad medioambiental.

Ante esta situación hay que decir basta y armarnos ideológicamente proponiendo un nuevo modelo sostenible económica y ambientalmente, manteniendo un Estado de bienestar de calidad. Es imprescindible dar la espalda a las propuestas de la troika y de la derecha política y crear un modelo donde la prioridad sea satisfacer las necesidades básicas y una vida digna para todo el mundo. En España y en el resto del mundo occidental hay suficiente riqueza y se puede generar suficiente renta para que las personas vivan de una manera próspera. Repartir y compartir son las divisas del nuevo modelo.

¿Cuáles son sus principios? Ante la indecente y decidida pauperización social impuesta por el capitalismo hegemónico hace falta crear una renta básica universal (Suiza lo va a consultar a su población) financiada con una nueva fiscalidad sobre las rentas y con los ahorros obtenidos por la eliminación de las prestaciones y subsidios existentes por debajo de ella.

Ante la imposibilidad del sistema de acabar con el paro generando empleo para todos, sin crear una nueva burbuja, hace falta repartir el trabajo con nuevas políticas laborales. Evidentemente hace falta un gran pacto social entre trabajadores, empresarios y Estado, con una mejor democracia industrial, fomento del cooperativismo y de la economía social. La justicia social no solo consiste en repartir la riqueza, sino también el trabajo, como un bien social.

Ante la insuficiente fiscalidad española en relación a la media europea, hace falta captar nuevos recursos para financiar unos servicios públicos suficientes y de calidad: combate decidido contra el fraude y los paraísos fiscales. Converger los tipos fiscales de las rentas del trabajo con las del capital, las plusvalías y las empresariales (actualmente las rentas del trabajo cotizan entre un 25% y un 35% y las empresas del Ibex pagan un tipo medio inferior al 10%).

Ante la actuación irresponsable de la banca privada hace falta crear una banca pública que permita a los Gobiernos recuperar la iniciativa en la financiación del tejido productivo local y la innovación.

En definitiva, estamos en una involución económica, social, política y moral por lo cual es necesario una repuesta que ha de ser revolucionaria, no en las formas sino en el fondo. Este tendría que ser el objetivo de las fuerzas políticas de izquierdas y la de los movimientos sociales que piden a gritos un cambio. No valen parches, ni políticas reformistas keynesianas. O cambiamos el modelo o nos hundimos, nosotros y nuestros hijos y nietos.

Joan Boada i Masoliver es profesor de historia.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Kaunda - Del libro: El día del León Alado de Silo - 1992

http://www.youtube.com/v/4nEErOnNNKU?version=3&autohide=1&showinfo=1&attribution_tag=u09WzWwLJmT9DwZVj-VONQ&autohide=1&autoplay=1&feature=share

viernes, 27 de septiembre de 2013

2 DE OCTUBRE, DÍA INTERNACIONAL DE LA NO-VIOLENCIA

http://www.partidohumanista.es/elecciones/#pretty_post_873

Los humanistas celebraremos el próximo 2 de octubre el día internacional de la no violencia en ciudades de todo el mundo. En Madrid, el evento será en el Campo de la Cebada, metro La Latina, entre las 19.00 y las 21.00 horas

martes, 24 de septiembre de 2013

PUNTOS BÁSICOS DEL NUEVO HUMANISMO


Los seis puntos básicos del Nuevo Humanismo Universalista, expuestos en este vídeo ...

AUDIO CON VOZ DE SILO

jueves, 19 de septiembre de 2013

LA ACCIÓN TRANSFORMADORA - Mayo 1989.

Charla de Silo a miembros de La Comunidad para el desarrollo humano. Mayo de 1989.

Uno de los rasgos más notables y curiosos del ser humano es su actitud y respuesta frente a la posibilidad de cambio. Este, el cambio, le causa simultáneamente fascinación y horror, atracción y rechazo.
Cuando las cosas van bien pretendemos eternizarlas; si no es así, si no marchan de acuerdo a nuestras expectativas, lo lógico, aparentemente, sería querer transformarlas; lo paradójico es que si a alguien que sufre le preguntamos si quiere dejar de hacerlo, la respuesta afirmativa es inmediata, pero su decisión flaquea cuando cae en cuenta que debe hacer "algo" para salir de su estado, debe poner de sí un esfuerzo, aunque sea mínimo. Además, pareciera que cruza por su mente, aunque sea fugazmente, el temor a lo que venga como fruto del cambio no sea mejor que lo anterior.
Sin embargo, también es cierto que el solo término "rutina" causa malestar y la gente añora cambios liberadores.
En otras palabras, si todo va bien, quiero que dure para siempre. Si va bien, pero rutinariamente, quiero cambios y si va mal también quiero cambios, aunque lo incierto del resultado del cambio me produce un temor paralizante que se suma a la dificultad de hacer un relativo esfuerzo por producirlo.
Así, tenemos casi unanimidad en la pretensión de una felicidad creciente y en la superación del sufrimiento. También estamos todos de acuerdo (o casi todos) en que queremos un mundo mejor y en paz, pero frente a este acuerdo nos encontramos con la discusión de si debemos hacer algo o no hacer nada, si ese algo lo debemos hacer nosotros u otros más audaces y capacitados.
Como consecuencia de todo esto podemos llegar a la ridícula situación de que efectivamente unos pocos hacen y deciden por todos; por ejemplo, deciden poner el planeta en peligro de volar en pedazos, naturalmente incluyendo a ese 99% que no está de acuerdo pero que tampoco hace nada por evitarlo, no hace nada por defender su vocación pacifista y constructiva.
¿Quién podría dudar de que la inmensa mayoría no quiera la guerra, la pobreza, la injusticia o el hambre?.
Sin embargo, acá estamos, en un mundo al borde de una crisis generalizada, crisis que va mucho más allá de los misiles o del peligro de una guerra, una crisis que abarca todos los factores que inciden en el ser humano.
La violencia, reflejo del sufrimiento, se demuestra en todas las facetas y campos de acción; el ataque del sistema hacia el hombre, del hombre contra su hermano y también del hombre en contra de sí mismo, en un inaudito afán autodestructivo como fuga total ante un problema que siente que lo sobrepasa.
Hay cambios sucesivos que se dan sin nuestra aparente participación, cambios en los valores, en la moral, en el concepto de Dios, en el progreso material. Tantos cambios y tan rápidos que pareciera que a la especie humana no le es posible responder a ellos, que no le es posible absorberlos y utilizarlos positivamente dejándole una sensación de inestabilidad e inseguridad.
De tal manera, que aquellos que enseñan con el quietismo, con el no cambio, ya que sus situaciones son buenas aparentemente, o no lo son, pero no se sienten con fuerzas para cambiarlas, se ven inevitablemente envueltos en un medio cambiante que los condiciona sin alternativa.
Así como la presencia o ausencia del sol condiciona la vida, para la vida en todas sus formas no le es indiferente el medio que la rodea. Por el contrario, le es indispensable. La vida surge al darse en el medio la posibilidad de su existencia.
Si nos ha correspondido una época como la actual, de cambios súbitos, no podemos negarla mediante artificios sicológicos. La influencia de los medios de difusión y enseñanza, la TV., los periódicos, los avances tecnológicos, las relaciones familiares o de trabajo, hacen imposible sustraerse al efecto del medio que nos rodea.
Así, si alguien sueña con la posibilidad de que, por ejemplo, en Latinoamérica no sucederá nada porque está lejos de los centros de conflicto; ese sueño podría transformarse en pesadilla a corto plazo ya que no ha comprendido que la civilización actual es una sola, sintética e interactuante en todos sus factores.
O acaso el efecto de la crisis del petróleo o de la recesión económica no se ha dejado sentir en Brasil, Guinea Ecuatorial o Sri Lanka?.
Acaso existe algún lugar del planeta en que las grandes potencias no ejerzan su influencia para bien o para mal?. Acaso el descubrimiento de la penicilina, de los misiles Exocet o del teléfono no alcanzan a Nueva Zelanda o Argentina o a usted mismo en sus efectos, modificando sus sistemas de relación y su forma de vivir?.
Vea cada cual como la situación social, económica, religiosa o política de su país o ciudad influye en su vida personal y más íntima, en sus costumbres y hábitos, en su forma de vestir, de hablar, de reír, de amar o de odiar.
Estamos hablando de crisis, y de las dificultades del hombre en su adaptación a un medio cambiante. Por lo dicho hasta ahora, a alguien le podría parecer que estamos de acuerdo en que esta situación es sin salida. Pero definitivamente no es así. Nosotros negamos categóricamente esa perspectiva apocalíptica de la situación y afirmamos enfáticamente la vida y el futuro. Creemos que la situación humana es la de estar frente a una de las grandes oportunidades de su historia, frente a la opción de producir un cambio de dimensiones desconocidas hasta ahora.
Los procesos evolutivos no se desarrollan en línea recta ni con tiempo o aceleraciones constantes, sino acumulativamente, produciendo superaciones en forma gradual, pero siempre llega un momento en que la acumulación de nuevos elementos produce un desequilibrio que provoca la ruptura del momento anterior, lo que abre la posibilidad de un salto de cualidad con respecto a momentos anteriores.
Estamos diciendo que el progreso y el avance se producen en base a crisis periódicas y esas crisis son proporcionales al posible cambio. A mayor crisis, más profundo, global e interesante puede ser el cambio, si dicha crisis no llega a sobrepasar nuestra capacidad de respuesta.
Considerado globalmente, el sistema en que nos ha tocado vivir tiene muchísimos elementos que es indispensable sean cambiados desde su raíz más profunda, ahí, en su metodología violenta e inhumana.
Este sistema es producto de la acumulación de la historia social, con todas las ventajas y desventajas que eso implica, y nosotros tenemos el derecho a pedir el cambio inmediato de todo aquello que no vaya a favor de la vida; y esa posibilidad existe gracias a la crisis.
Depende entonces de nosotros, la respuesta que demos ante esa situación de necesidad y el que la transformemos radicalmente, aprovechando la oportunidad y el derecho que nosotros ahora tenemos, pero que otros, las generaciones venideras, también juzgarán.
Es claro que una crisis nos abre las puertas de un posible cambio de dirección, ya que es entonces cuando surge la reflexión humilde en reemplazo de la lejana soberbia.
Es en situaciones de crisis en que nos acordamos más fácilmente de Dios o de nuestro Guía Interno y nos prometemos afanosamente correcciones de rumbo.
Para transformarse, un individuo debe estar en condición inestable susceptible al cambio.
Nuestro problema es la proporción entre la crisis y la habilidad de transformarla en útil para el ser humano, y es en ese sentido en que se dan nuestras propuestas de fondo.
Desde otro punto de vista, tenemos que admitir que en principio el desorden no nos gusta, pero hagamos memoria y veremos que también las mejores situaciones conllevan crisis que normalmente las acompañan. El dar a luz es una crisis que nos da la posibilidad de un hijo, un examen de grado es una crisis que nos da la posibilidad de un título universitario.
Pero en todos esos casos hemos necesitado un esfuerzo para aprovechar positivamente la situación. Por tanto, reconociendo la gravedad del momento, quitemos esa connotación trágica a las crisis y veámoslas como las grandes oportunidades de crecimiento y transformación de un ser vivo, ya sea este un individuo o una sociedad.
Entonces, tenemos una situación de inestabilidad que nos abre posibilidades y al mismo tiempo nos condiciona, de tal forma que la Comunidad misma nace como respuesta a la crisis. O dicho de otro modo, el que estemos acá hoy, se lo debemos a la crisis.
¿Y por qué reunirnos, por qué trabajar en grupos?
Intentar solos el cambio del medio o de uno mismo, si no es imposible, es muy difícil, entre otras cosas por el peso de los hábitos y grabaciones personales que desvían o frustran los mejores proyectos. Es por esto que la Comunidad forma ámbitos que tienen su expresión concreta en los Consejos.
En estos consejos, en sus distintos niveles, donde nosotros hacemos llegar nuestro aporte y encontramos apoyo y abrimos puertas para que otros se sumen a esta tarea por la libertad humana. Es en esos consejos donde encontramos los indicadores del resultado de nuestra acción en el mundo.
Y de esa forma, varios miles de personas como nosotros, repartidos a lo largo y ancho de los cinco continentes, actuando organizadamente frente al desorden, alegremente frente al aburrimiento, con resolución frente a la apatía, solidariamente frente al egoísmo dan lo mejor de sí y lo aportan activamente a la sociedad y al hombre.
La Comunidad por tanto, no es un ámbito de fuga, ya que no desconoce los cambios que se están produciendo, sino por el contrario pretende actuar con ellos y sobre ellos, reorientándolos.
Hemos dicho que una de las principales resistencias del ser humano en su vida es el reconocer que lo único que existe de permanente es el permanente cambio. Hemos dicho también que el medio cambiante nos pone condiciones que nos influyen y provocan transformaciones en nosotros.
Debería quedar en claro así, que la opción no es cambiar o no cambiar, sino que, es cómo o qué cambiar, si vamos a participar como agentes o como meros pacientes del cambio, pero éste, en sí mismo, es inevitable. Esa es la opción y no otra; el de optar por la no elección es una elección, nos guste o no.
Cada acción, cada movimiento de mi cuerpo, de mi mente o de mis emociones produce cambios en el medio que me rodea, produce transformaciones. La alegría o tristeza con que doy las gracias o pido un favor, producen consecuencias a mí alrededor y esas consecuencias serán las respuestas del medio hacia mí, produciendo en mí, cambios y transformaciones en todo momento.
Es esta hora en que el hombre duda frente a un medio que aparece como inestable, nosotros pretendemos ofrecerle ese ámbito que mencionamos, ese medio que le servirá de referencia dándole lo que más necesita en estas circunstancias: dirección y fe.
Pero aún teniendo ese medio posibilitario que abre el futuro y le da dirección, nada será posible si no nos decidimos resueltamente a actuar provocando nosotros ese cambio, si no nos decidimos a ser protagonistas de nuestra propia historia y nuestro propio destino, ya que la gran diferencia con los demás seres vivos y con el resto de la naturaleza, lo que nos define como humanos es nuestra capacidad de intencionalidad, esa intencionalidad que nos permite optar, elegir entre el gris quietismo autodestructivo y la luminosa posibilidad de crecer infinitamente.
Así, la pregunta es si seremos espectadores de la vida o promotores de acciones que organicen la transformación a nuestro alrededor, reales transformadores vitales que midan y proyecten en su accionar las consecuencias que produciremos en nosotros y en otros.
Debes entonces asumir y dar una respuesta de suprema rebeldía constructiva a este medio en crisis y cambiante y así nuestra propuesta es la acción que promueve la simultánea modificación personal y del medio, aquella acción que provoca el cambio intencionalmente y lo dirige con un sentido de futuro abierto, amplio, generoso, y así verás pronto renacer con fuerza en el corazón de los hombres y los pueblos, la luz de la vida.
Nuestra propuesta es alegre, resuelta y permanente ACCIÓN TRANSFORMADORA; Acción Transformadora que es aquella plena de intencionalidad orientada al cambio humanizador de nosotros mismos, del medio que nos rodea y de toda esta tierra, nuestra tierra.

PARA TODOS, PAZ, FUERZA Y ALEGRÍA

lunes, 16 de septiembre de 2013

¡¡No a la guerra, si a la PAZ!!

Comunicado del Partido Humanista sobre la situación en Siria.

Una vez más la sombra de la guerra amenaza a Oriente Medio y a todo el planeta, y ya van demasiadas. Los mismos procedimientos y los mismos actores, solo varía el escenario.
De nuevo las “pruebas irrefutables” y las consideraciones “humanitarias” para justificar lo injustificable. Nada les importa el derecho internacional, el papel de la ONU, y la dramática situación de la población siria. Nada han aprendido de las anteriores intervenciones que devastaron otros países y pueblos con los mismos argumentos. En realidad no les interesa aprender.
El Premio Nobel Obama no tiene nada que envidiar a su belicista predecesor. La pesadilla del trío de las Azores ya tiene su reflejo en la coalición de títeres con Cameron y Hollande a la cabeza. Igualmente responsabilizamos al Gobierno de Rajoy por las armas fabricadas en España que se han introducido en la región y por el uso de las bases de los EEUU en territorio español que más que probablemente contribuirán a la guerra.
Pero esta vez las consecuencias de su violenta ceguera son más peligrosas, se puede abrir la Caja de Pandora y una espiral de violencia puede recorrer toda la región. El desastre humano, ambiental, social y económico nos amenaza a todos.
Pero a pesar de todas las intoxicaciones informativas, a pesar de la propaganda, a pesar de los intereses económicos, nadie cree sus argumentos. Poco apoyo encontrarán en los pueblos para la intervención en Siria. Solo los vendedores de armas y los más oscuros fanatismos pueden apoyar esta locura.
Una conciencia no violenta se está desarrollando en éste planeta interconectado, una conciencia que rechaza la violencia en todas las formas y que acabará imponiéndose cuando consiga que los gobiernos renuncien definitivamente a las guerras como medio de resolver conflictos, que se desmantelen los arsenales nucleares, se retiren las tropas extranjeras que ocupan territorios y se inicie un desarme progresivo y proporcional del armamento convencional.
Esa conciencia no violenta está en millones de personas en todo el planeta, pero es urgente que se fortalezca y canalice en un movimiento social organizado que se oponga a todas las formas de violencia y que revolucione este sistema deshumanizado y violento.
A todos los que en su interior sienten la necesidad de resistir a la violencia nos dirigimos para pedirles que se opongan a esta guerra y que se expresen sin temor: ¡No a la guerra.! ¡Si a la paz!

jueves, 12 de septiembre de 2013

Mínima democracia, o democracia formal ... hacia la democracia real.

por Santiago Galletero (para El Periódico de La Ciudad en 1996).
No es posible sintetizar la democracia hasta su mínimo exponente, la solución está en todo lo contrario en darle oportunidad a todas las ideologías, si es que aún existen algunas. Lo que ha estado pasando desde unos tiempos hasta aquí es que se ha creído en partidos de gran representabilidad, de grandes números, esto es un mal para la democracia, pues así el sistema se ha ido quitando de en medio todo aquello que le estorbaba para instalar su ideología, el pragmatismo, hoy en día ya arraigado en el 99% de la población, aunque aún quedamos unos pocos locos que no creemos en el sistema, que no creemos que el máximo valor sea el dinero, y que iremos siendo mas hasta ocupar las plazas publicas.
No creemos que lo máximo en evolución sea un tipo gordo y asqueroso montado en una gran montaña de dolares, que pensamos y tenemos claro que lo mas importante son las personas y el cumplimiento de sus necesidades básicas, como educación, sanidad, vivienda, etc... Ademas pensamos que todo aquel que negocia, y a la vez por tanto posterga, los derechos básicos de la gente, es un malnacido que no merece nada de la vida, y sin embargo estos malnacidos genocidas, están arrebatando y destrozando infinidad de vidas humanas sin despeinarse, luego nos cuentan que el mundo va mal por no se que rollo de inmigración o que los trabajadores malgastamos aquello que ellos generosamente nos "regalan".
Nos desvían la mirada a otra parte para que no veamos que son ellos los que nos manejan como a marionetas, los que destruyen día a día nuestra vida, donde nos hacen pensar que el mal de lo que nos pasa tiene que ver con los que nos rodean, en la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, los inmigrantes que vienen a buscarse la vida porque ya se la destrozaron, en fin creen que somos unos mierdas y unos puñeteros ignorantes y así es como nos tratan, solo nos ven como un voto cada cuatro años mientras nosotros los ciudadanos sufrimos en silencio, y lo que es peor la mayoría se creen la mierda que nos cuentan, son unos grandes cuenta cuentos pues son ya especialistas en la materia y siempre saben como sacar provecho de cualquier desgracia que ocurre, siempre saben como darle la vuelta a la tortilla para ser siempre los buenos y los triunfadores, pero a mi hace mucho que no me engañan estos buitres, perdón quise decir banqueros, o dirigentes de multinacionales, o directivos del Fondo Monetario Internacional, o del Banco Mundial. Son gente que solo desea el dinero y el poder, su prestigio sin importarle que la población cada día sufra mas las consecuencias en su vida cotidiana, tanto económicas como mentales. Y este sufrimiento mental que esta llevando a la gente a un cerrojazo a su futuro, es la consecuencia de muchos suicidios. Como digo estos buitres de la vida, en la mayoría banqueros asquerosos, son el mal de esta democracia formal echa a su medida para poderla controlar, y no es razonable dejarles todo el control del sistema en sus manos, pues si ya hoy en día tienen que gastar mucho dinero para comprar a los políticos de turno que son muchos, imaginen si estos políticos se redujeran al mínimo exponente, es sencillo se lo pondríamos mucho mas fácil a estos, vampiros y ladrones de vidas humanas.
Por ello los ciudadanos que estemos indignados, con toda esta situación, debemos salir a las calles maxívamente a manifestar nuestro descontento, pero también a organizarnos en torno a las ideas que nos unen y olvidarnos de los políticos tradicionales corruptos. Ojala esto vaya sucediendo en los próximos tiempos y la gente seamos capaces de tomar el control de nuestras vidas.