viernes, 8 de diciembre de 2006

REVOLUCION NO-VIOLENTA = EVOLUCION


LA REVOLUCION COMO PASO NECESARIO DE TODA EVOLUCION


La ley universal de la superación de lo viejo por lo nuevo, da cuenta de los procesos acumulativos y de salto cualitativo que tan bellamente describió Hegel en su momento.

Evidentemente, toda superación se va produciendo en forma gradual pero llega un momento en que la acumulación de nuevos elementos produce un desequilibrio de sistemas que provoca la ruptura del momento anterior. Esta acumulación y descarga (como puede observarse en un condensador eléctrico, por ejemplo) es la que a nivel social se reconoce como "revolución".

Ahora bien en toda revolución social (y por ley universal de concomitancia) se transforman no sólo las relaciones sociales de producción sino todas las estructuras que pertenecen al mismo ámbito. En tal sentido, también se operan modificaciones culturales y síquicas en la población. No obstante, conviene ponderar la amplitud de la transformación.

De ninguna manera puede equipararse un golpe palaciego o un contragolpe reaccionario a una revolución como la de octubre de 1917 en la Unión Soviética. A su vez la revolución social de octubre del 17 no cubre completamente la esfera que cubre la revolución cultural de la China actual.

De idéntica manera, la producción del "hombre nuevo" en las revoluciones citadas no alcanza a realizarse por cuanto tal "hombre nuevo" para manifestarse está requiriendo de toda una acumulación biológica y cultural que le permita revolucionarse internamente y en su aparato sico-biológico, amén de su ámbito social.

Cuando hablamos de la revolución total estamos refiriéndonos al triple aspecto social, cultural y síquico. Los dos primeros aspectos son también acumulativos para la producción del tercero que debe
sintetizarlos.

En la época actual y tanto en el campo socialista como en el capitalista se observa que comienza a cundir la necesidad de "cambio interior" y que los rasgos "mesiánicos" que surgen en la declinación de una civilización y comienzo de otra, se hacen sentir fuertemente.

Tales manifestaciones que en civilizaciones anteriores marcaban un nuevo estado de conciencia aislado, en las actuales circunstancias (tratándose cada d[ia más de una civilización sintética planetaria) denotan una tendencia mundial y una tendencia en el corazón de las mayorías de toda latitud.

A las explosiones revolucionarias en todos los campos (desde lo social a lo científico cultural) empieza a corresponder la revolución síquica con sus síntomas preparatorios de explosiones irracionales que se manifiestan polifacéticamente. En tal sentido, la correntada mesiánica que cobra cuerpo canaliza las aspiraciones y la tendencia al cambio en el interior de las conciencias.

Los cambios síquicos operados desde el comienzo del homo-sapiens hasta hoy, guardan similitud con los golpes palaciegos de minorías aisladas. Y si en el campo de la física se logran verdaderas
trasmutaciones y en lo social y cultural la tendencia es idéntica, no pasará mucho tiempo antes de que estalle esa "reacción en cadena" síquica que trasmute al hombre, superando al homo-sapiens actual en un nuevo salto cualitativo. Eso es y será así independientemente de nuestro desagrado o adhesión porque las leyes de concomitancia y de superación de lo viejo por lo nuevo tienen validez universal y necesariamente validez humana.

Importa por ahora crear un ámbito propicio a esta transmutación en base a ideas-fuerza y luchas concretas que produzcan:

1o La eliminación de la propiedad privada sobre los medios de producción, a favor de la propiedad colectiva.
2o La liquidación de todo aparato de poder concentrado en manos de una minoría, a favor el poder directo en manos del pueblo.
3o La supresión de toda forma manifiesta y larvada de violencia física, económica, racial y religiosa.
4o La promoción de la enseñanza colectiva desde los primeros meses de vida del niño.
5o El aprovechamiento radical de los medios de difusión para la elevación del nivel cultural y técnico del pueblo.
6o La creación de organismos que posibiliten la orientación libre y espontánea de la juventud hacia todos los ámbitos del trabajo y el saber (aún hacia aquellos que resultaran inútiles a nuestros ojos en el momento actual).
7o La generación del gobierno colectivo de la educación.
8o La liberación de todo tabú y fetiche mental.
9o El rompimiento de las falsas espectativas sicológias que promueve la sociedad de consumo._03,1_

De este modo, la creación de un ámbito revolucionario que permite a cada ser humano recibir según sus necesidades y dar según sus posibilidades es sin duda el más apto para la transformación del hombre.


RESUMEN:

La ley de superación de lo viejo por lo nuevo explica los procesos acumulativos y de salto cualitativo.
Todas superaciones suceden gradualmente, pero llega un momento en que la acumulación de nuevos elementos genera un desequilibrio de sistemas que producen la ruptura del momento anterior.
Tal acumulación y descarga a nivel social se reconoce como revolución.
En cada revolución social (por efectos de la ley de concomitancia) se operan modificaciones de todas las estructuras que son parte de ese ámbito social (incluyendo tambíen el campo cultural y síquico).
Cuando se habla de revolución total se consideran los tres aspectos. Los primeros dos son acumulativos para que se produzca el tercero que tiene que sintetizarlos.
Actualmente está comenzando a manifestarse en todos el planeta la necesidad del cambio interior, acompañado por el surgir de formas mesiánicas. Estas manifestaciones, que en civilizaciones anteriores marcaron un nuevo estado de conciencia aislada, ahora denotan una tendencia mundial. A las explosiones revolucionarias en todos los campos comienza a corresponder la revolución síquica. En tal sentido la oleada Exhordio del Poder Joven. H. van Doren. Editorial Transmutación.

mesiánica canaliza las aspiraciones y las tendencias al cambio.
Si se logran, en el campo de la física, de lo social y de lo cultural verdaderas trasmutaciones, no pasará mucho tiempo para que explote esta reacción en cadena síquica, que trasmute al hombre, superando al homo-sapiens.
Esto pasará, nos guste o no, porque las leyes de concomitancia y de superación de lo viejo por lo nuevo tienen validez universal y por lo tanto también humana.
Actualmente importa crear un ámbito propicio a tal trasmutación, en base a ideas-fuerza y a luchas concretas que produzcan:

1o La eliminación de la propiedad privada sobre los medios de producción, a favor de la propiedad colectiva.
2o La liquidación de todo aparato de poder concentrado en manos de una minoría, a favor el poder directo en manos del pueblo.
3o La supresión de toda forma manifiesta y larvada de violencia física, económica, racial y religiosa.
4o La promoción de la enseñanza colectiva desde los primeros meses de vida del niño.
5o El aprovechamiento radical de los medios de difusión para la elevación del nivel cultural y técnico del pueblo.
6o La creación de organismos que posibiliten la orientación libre y espontánea de la juventud hacia todos los ámbitos del trabajo y el saber (aún hacia aquellos que resultaran inútiles a nuestros ojos en el momento actual).
7o La generación del gobierno colectivo de la educación.
8o La liberación de todo tabú y fetiche mental.
9o El rompimiento de las falsas espectativas sicológias que promueve la sociedad de consumo.

De este modo, la creación de un ámbito revolucionario que permite a cada ser humano recibir según sus necesidades y dar según sus posibilidades es sin duda el más apto para la transformación del hombre.


SINTESIS:

La evolución se da por un proceso de acumulación y saltos cualitativos. En el campo social la descarga que sigue a la acumulación se reconoce como revolución que incluye el ámbito social, cultural y síquico. El cambio síquico es la síntesis del cambio en los otros dos ámbitos.